SUCESOS
Un grupo de víctimas de sacerdotes pederastas organizó una manifestación en una plaza cercana al Vaticano con el fin de exigir a las autoridades de la Iglesia Católica que asuman su responsabilidad por los ataques sufridos.
Unas 50 personas llegadas de distintos países se reunieron la noche del sábado frente al Castel Sant’Angelo. La protesta fue convocada por la asociación 'La voz de los supervivientes' ('Survivors Voice') cuando se cumple exactamente un año desde que tuvo lugar la primera manifestación de este tipo en Roma.
En las pancartas, escritas en varios idiomas, los manifestantes piden “dejar de proteger a los pedófilos” y “hacer justicia a las vidas destruidas”.
Algunos de los participantes de la protesta eran ex alumnos del Instituto para Sordomudos Antonio Provolo de Verona, institución ubicada en el norte de Italia que ha sido objeto de escándalos durante años por los abusos cometidos a personas con discapacidad.
“Pese a la traición a la que fue sometido nuestro cuerpo y nuestra confianza, y tras haber sido relegados a un agujero negro durante tanto tiempo, aún todavía ignorados por la Iglesia y vistos como daños colaterales”, dijo una de las víctimas, la inglesa Sue Cox, que propuso que los delitos cometidos por los curas deben ser catalogados como “crímenes contra la humanidad”.
“Después de algunos años, existe una mayor conciencia en el mundo sobre lo ocurrido, pero no se ha producido ningún gesto, ninguna asunción de responsabilidad por parte de la Iglesia. Velan sólo por su reputación, buscan cómo limitar los daños”, dijo el holandés Ton Leerschool.
Algunos participantes colgaron del muro junto al río Tiber, a las afueras del Vaticano, un cartel con el rostro del Papa Benedicto XVI con la inscripción "no", que fue retirado tras petición de la policía italiana.
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Un grupo de víctimas de sacerdotes pederastas organizó una manifestación en una plaza cercana al Vaticano con el fin de exigir a las autoridades de la Iglesia Católica que asuman su responsabilidad por los ataques sufridos.
En las pancartas, escritas en varios idiomas, los manifestantes piden “dejar de proteger a los pedófilos” y “hacer justicia a las vidas destruidas”.
Algunos de los participantes de la protesta eran ex alumnos del Instituto para Sordomudos Antonio Provolo de Verona, institución ubicada en el norte de Italia que ha sido objeto de escándalos durante años por los abusos cometidos a personas con discapacidad.
“Pese a la traición a la que fue sometido nuestro cuerpo y nuestra confianza, y tras haber sido relegados a un agujero negro durante tanto tiempo, aún todavía ignorados por la Iglesia y vistos como daños colaterales”, dijo una de las víctimas, la inglesa Sue Cox, que propuso que los delitos cometidos por los curas deben ser catalogados como “crímenes contra la humanidad”.
“Después de algunos años, existe una mayor conciencia en el mundo sobre lo ocurrido, pero no se ha producido ningún gesto, ninguna asunción de responsabilidad por parte de la Iglesia. Velan sólo por su reputación, buscan cómo limitar los daños”, dijo el holandés Ton Leerschool.
Algunos participantes colgaron del muro junto al río Tiber, a las afueras del Vaticano, un cartel con el rostro del Papa Benedicto XVI con la inscripción "no", que fue retirado tras petición de la policía italiana.
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