DIVULGACIÓN
Por Soledad Llobet
Desde hace más de dos décadas, este ingeniero electrónico, de 54 años, se dedica a la producción artesanal de tecnologías especiales para quienes buscan superar el estigma de sus limitaciones.
"Si no estás comunicado no existís como sujeto", afirma Luis Campos, un creativo nacido en Bánfield y cuyo destino como ingeniero electrónico dio un giro rotundo cuando, un cuarto de siglo atrás, comenzó a conformarse como inventor de nuevas ayudas tecnológicas destinadas a explotar las capacidades residuales y potenciales presentes en personas con discapacidad física, sensorial y/o mental.
Como fundador y presidente del Centro de Medios Alternativos de Comunicación (CAMAC) --que desde 1996 funciona como asociación civil sin fines de lucro--, Campos ha dedicado los últimos 20 años a investigar y diseñar nuevas y accesibles tecnologías. También a conocer el perfil de sus potenciales usuarios y a fomentar la incorporación de tecnologías en la educación.
Invitado por el Instituto Avanza, Campos condujo una jornada intensiva en Bahía Blanca sobre tecnologías especiales para el desarrollo de las personas con discapacidad.
En esa oportunidad, tanto docentes como alumnos entraron en contacto con las herramientas y programas producidos en las áreas de Tecnología Asistiva y de Comunicación e Integración Escolar, del CAMAC.
"Para entender la aplicación de estas tecnologías, lo primero es saber que cada uno es único. No se trata de trabajar con una discapacidad sino con una persona que tiene un nombre y que, además, presenta una patología con características particulares", señala.
Así, con el fin de superar el estigma de la discapacidad a través de la comunicación, Campos apunta a una consecuente apertura de estas personas al mundo, basada en la transmisión de sus propios sentimientos, pensamientos y conocimientos.
Luego de presentar en Colombia su más reciente invento, el Sistema de Estimulación Vibro-Táctil-Digital "Sevitac-D", que le permite a sordos e hipoacúsicos "sentir" el sonido a través de sus vibraciones, el ingeniero Campos ha sido convocado por el director del Instituto de Neurociencias de Guadalajara, Méjico, para formar parte, durante 2012, de un proyecto de investigación basado en los efectos de esta herramienta a nivel cerebral.
"No quisiera que reprochen mi decisión de irme del país, pero pasé más de 20 años esperando una inversión del gobierno que me permita avanzar con mis proyectos y nunca llegó", argumenta.
El "Sevitac-D" consiste, básicamente, en un dedal vibrador que se coloca en el extremo del dedo índice y que, conectado a un software con micrófono, decodifica el sonido del ambiente y voces, en vibraciones que pueden ser percibidas por el tacto.
Este es tan sólo de uno de los avances que Campos ha promovido desde el primer encuentro con una paciente con síndrome de Lock-in (o de Cautiverio), quien inspiró su capacidad de invención.
"Fue en 1986 cuando un doctor se acercó a la empresa donde trabajaba como ingeniero, pidiendo que diseñáramos un sistema aplicable a una de sus pacientes con cuadriplejia y trastornos del habla.
Se llamaba Silvia y con ella creé el programa Lu-Cam, el primer sistema argentino de comunicación alternativo, que mediante una boquilla plástica con electrodos y un único movimiento voluntario (morder), le permitió escribir y volver a comunicarse con su familia y el mundo".
Tras renunciar a su trabajo, Campos se dedicó a la producción artesanal de estas nuevas e innovadoras "ayudas tecnológicas", como los teclados para discapacidad motora, férulas para escritura, cuadernos digitales y pizarrones interactivos, así como punteros articulados, programas y editores de texto, juguetes adaptados y alfombras sensitivas para estimulación temprana.
"En este tiempo pude lograr que niños sordos bilaterales profundos severos, aquellos que no tienen posibilidad de escuchar, hoy lo hagan a través de su dedo índice. El tener en las manos la esperanza de muchos, es una gran responsabilidad".
Educar desde la conciencia
Fomentar la incorporación de equipamiento tecnológico en las escuelas, para mejorar el proceso de aprendizaje y de atención, bajo una política de conciencia, es el fin que ha llevado a Campos a recorrer el país y el continente.
Muchos de sus proyectos educativos fueron adoptados en Costa Rica, Nicaragua y Guatemala, a pesar de que en la Argentina él dice que aún se discute su aplicación.
"El concepto de accesibilidad universal está mal utilizado, porque se ignora que debe existir una tecnología apropiada para estimular a cada persona. No todos pueden usar netbooks. Es importante generar cambios desde la conciencia, sabiendo que se puede invertir en equipamientos adecuados, de acuerdo con las necesidades".
Campos, quien hasta el momento trabaja en un taller de producción artesanal, asegura que hoy no se saca provecho de los recursos existentes en el país, lo que lleva no sólo a un atraso a nivel global sobre la educación, sino a vivir en la desesperanza.
"Muchos insisten en trabajar desde la discapacidad del otro. Se arma un gran circo sobre esto y los chicos quedan sumergidos en medio de teorías basadas en el oralismo o el lenguaje de señas. Pero si le damos la posibilidad educativa y los equiparamos en sus posibilidades de acceso, no se necesita más. El objetivo es lograr que ellos elijan la forma en que quieren expresarse".
Volver a creer
"Cuando fui a una escuela de sordos en Gualeguay, Entre Ríos, para probar el Sistema de Estimulación Vibro-Táctil Digital, la directora me dijo: `a partir de mañana la escuela será otra: tenemos una esperanza de vida diferente. Porque lo que vivimos hoy con chicos, que sintieron sonidos e incluso hablaron por primera vez, es único". Luis Campos.
Perfil
Con domicilio en Banfield, Luis Campos está casado y tiene dos hijos. Entre sus logros profesionales, cuenta la obtención de becas para participar en la Feria Internacional de Inventos en Pittsburgh (Estados Unidos), donde ganó la medalla de oro en las categorías "Adaptaciones Terapéuticas" y "Educación", y las de plata y de bronce, en "Medicina y Equipamientos Médicos". También logró la Llave de la Ciudad de Selma (Alabama).
Por sus programas terapéuticos, recibió medallas de oro y de plata en Buenos Aires. En 2001, recibió el Premio Scaliburg, otorgado por el comité Científico del 4º Congreso Mundial de Educación Especial, realizado en Santo Domingo.
Por Soledad Llobet
Desde hace más de dos décadas, este ingeniero electrónico, de 54 años, se dedica a la producción artesanal de tecnologías especiales para quienes buscan superar el estigma de sus limitaciones.
"Si no estás comunicado no existís como sujeto", afirma Luis Campos, un creativo nacido en Bánfield y cuyo destino como ingeniero electrónico dio un giro rotundo cuando, un cuarto de siglo atrás, comenzó a conformarse como inventor de nuevas ayudas tecnológicas destinadas a explotar las capacidades residuales y potenciales presentes en personas con discapacidad física, sensorial y/o mental.
Como fundador y presidente del Centro de Medios Alternativos de Comunicación (CAMAC) --que desde 1996 funciona como asociación civil sin fines de lucro--, Campos ha dedicado los últimos 20 años a investigar y diseñar nuevas y accesibles tecnologías. También a conocer el perfil de sus potenciales usuarios y a fomentar la incorporación de tecnologías en la educación.
Invitado por el Instituto Avanza, Campos condujo una jornada intensiva en Bahía Blanca sobre tecnologías especiales para el desarrollo de las personas con discapacidad.
En esa oportunidad, tanto docentes como alumnos entraron en contacto con las herramientas y programas producidos en las áreas de Tecnología Asistiva y de Comunicación e Integración Escolar, del CAMAC.
"Para entender la aplicación de estas tecnologías, lo primero es saber que cada uno es único. No se trata de trabajar con una discapacidad sino con una persona que tiene un nombre y que, además, presenta una patología con características particulares", señala.
Así, con el fin de superar el estigma de la discapacidad a través de la comunicación, Campos apunta a una consecuente apertura de estas personas al mundo, basada en la transmisión de sus propios sentimientos, pensamientos y conocimientos.
Luego de presentar en Colombia su más reciente invento, el Sistema de Estimulación Vibro-Táctil-Digital "Sevitac-D", que le permite a sordos e hipoacúsicos "sentir" el sonido a través de sus vibraciones, el ingeniero Campos ha sido convocado por el director del Instituto de Neurociencias de Guadalajara, Méjico, para formar parte, durante 2012, de un proyecto de investigación basado en los efectos de esta herramienta a nivel cerebral.
"No quisiera que reprochen mi decisión de irme del país, pero pasé más de 20 años esperando una inversión del gobierno que me permita avanzar con mis proyectos y nunca llegó", argumenta.
El "Sevitac-D" consiste, básicamente, en un dedal vibrador que se coloca en el extremo del dedo índice y que, conectado a un software con micrófono, decodifica el sonido del ambiente y voces, en vibraciones que pueden ser percibidas por el tacto.
Este es tan sólo de uno de los avances que Campos ha promovido desde el primer encuentro con una paciente con síndrome de Lock-in (o de Cautiverio), quien inspiró su capacidad de invención.
"Fue en 1986 cuando un doctor se acercó a la empresa donde trabajaba como ingeniero, pidiendo que diseñáramos un sistema aplicable a una de sus pacientes con cuadriplejia y trastornos del habla.
Se llamaba Silvia y con ella creé el programa Lu-Cam, el primer sistema argentino de comunicación alternativo, que mediante una boquilla plástica con electrodos y un único movimiento voluntario (morder), le permitió escribir y volver a comunicarse con su familia y el mundo".
Tras renunciar a su trabajo, Campos se dedicó a la producción artesanal de estas nuevas e innovadoras "ayudas tecnológicas", como los teclados para discapacidad motora, férulas para escritura, cuadernos digitales y pizarrones interactivos, así como punteros articulados, programas y editores de texto, juguetes adaptados y alfombras sensitivas para estimulación temprana.
"En este tiempo pude lograr que niños sordos bilaterales profundos severos, aquellos que no tienen posibilidad de escuchar, hoy lo hagan a través de su dedo índice. El tener en las manos la esperanza de muchos, es una gran responsabilidad".
Educar desde la conciencia
Fomentar la incorporación de equipamiento tecnológico en las escuelas, para mejorar el proceso de aprendizaje y de atención, bajo una política de conciencia, es el fin que ha llevado a Campos a recorrer el país y el continente.
Muchos de sus proyectos educativos fueron adoptados en Costa Rica, Nicaragua y Guatemala, a pesar de que en la Argentina él dice que aún se discute su aplicación.
"El concepto de accesibilidad universal está mal utilizado, porque se ignora que debe existir una tecnología apropiada para estimular a cada persona. No todos pueden usar netbooks. Es importante generar cambios desde la conciencia, sabiendo que se puede invertir en equipamientos adecuados, de acuerdo con las necesidades".
Campos, quien hasta el momento trabaja en un taller de producción artesanal, asegura que hoy no se saca provecho de los recursos existentes en el país, lo que lleva no sólo a un atraso a nivel global sobre la educación, sino a vivir en la desesperanza.
"Muchos insisten en trabajar desde la discapacidad del otro. Se arma un gran circo sobre esto y los chicos quedan sumergidos en medio de teorías basadas en el oralismo o el lenguaje de señas. Pero si le damos la posibilidad educativa y los equiparamos en sus posibilidades de acceso, no se necesita más. El objetivo es lograr que ellos elijan la forma en que quieren expresarse".
Volver a creer
"Cuando fui a una escuela de sordos en Gualeguay, Entre Ríos, para probar el Sistema de Estimulación Vibro-Táctil Digital, la directora me dijo: `a partir de mañana la escuela será otra: tenemos una esperanza de vida diferente. Porque lo que vivimos hoy con chicos, que sintieron sonidos e incluso hablaron por primera vez, es único". Luis Campos.
Perfil
Con domicilio en Banfield, Luis Campos está casado y tiene dos hijos. Entre sus logros profesionales, cuenta la obtención de becas para participar en la Feria Internacional de Inventos en Pittsburgh (Estados Unidos), donde ganó la medalla de oro en las categorías "Adaptaciones Terapéuticas" y "Educación", y las de plata y de bronce, en "Medicina y Equipamientos Médicos". También logró la Llave de la Ciudad de Selma (Alabama).
Por sus programas terapéuticos, recibió medallas de oro y de plata en Buenos Aires. En 2001, recibió el Premio Scaliburg, otorgado por el comité Científico del 4º Congreso Mundial de Educación Especial, realizado en Santo Domingo.
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