Está harto demostrado que existe una cultura sorda. En materia de estudios sobre la sordera, el mundo afuera bulle, los profesionales más entusiasmados en publicar artículos, tesis, estudios de investigación, etcétera, relacionados a la sordera no son otorrinos, ni fonoaudiólogos ni terapeutas del habla, como se esperara, son antropólogos, lingüistas, sociolingüistas y sociólogos.
En la década del 60, el puntapié inicial que dio un giro fundamental a la visión que hasta ese entonces se tenía sobre la sordera lo proporcionó el lingüista norteamericano William Stokoe, quien en su Structure Sing Language demostró que las lenguas de señas son lenguas naturales. Estudios posteriores del reconocido lingüista Noam Avran Chomsky avalaron todas las teorías de Stokoe. La sordera empieza a abandonar el campo de la medicina para irrumpir en las ciencias sociales. En un comentario publicado en este diario, en la sección de Artes y Espectáculos, conduje toda esta explicación, no ya para demostrar frustración por lo estancados que estamos en esta materia (no existen estudios lingüísticos sobre la lengua de señas en Paraguay) y de la sana envidia que me generan los países que avanzan sobre estos temas, y con ellos las reivindicaciones de las comunidades sordas, si no que, simplemente, para que se respete aunque sea el nombre de su lengua.
Durante los últimos dos días, han publicado en su diario artículos relacionados a temas de interés de la comunidad sorda: uno era sobre la invitación a la fiesta de una asociación de sordos, Centro de Sordos del Paraguay, y el otro comentaba sobre las actividades de la Iglesia Bautista de Sordos del Paraguay. En ambos artículos al referirse a la lengua de señas lo hacen como lenguaje de señas. Lengua y lenguaje son términos de la teoría lingüística. "Lengua" designa un específico sistema de signos que es utilizado por una comunidad concreta para resolver sus situaciones comunicativas. "Lenguaje", por su parte, designa una capacidad única de la especie humana para comunicarse a través de sistemas de signos. Según ello, "lenguaje" refiere a una habilidad que heredamos genéticamente y que nos permite constituir sistemas lingüísticos y usarlos en la estructuración de nuestra psique y de nuestra cultura. Los sistemas que no nos aporta la naturaleza, sino la evolución de las culturas humanas, son las "lenguas" (Saussure 1980:51-2; Dubois 1979:375-83). El lenguaje, definido entonces como capacidad humana de crear y usar las lenguas de modo natural, es patrimonio común de sordos y oyentes, y subyace tanto a las lenguas habladas como a las señadas. (Oviedo, 2010 en www.culturasorda.com.eu).
Entonces, el hecho de llamar lenguaje en lugar de lengua a las lenguas de señas constituye una solapada discriminación a estos sistemas lingüísticos, al no considerarlos lenguas completas, sino un sistema de mímicas, gestos o de imágenes creadas en el aire.
Ojalá esta reflexión sirva de aporte para que las comunidades sordas de nuestro país tengan el respeto que se merecen y se dé el lugar que le corresponde a la lengua de señas paraguaya.
Marisa Escobar
Madre de sordos, miembro de la comunidad sorda e investigadora de temas sordos.
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