03/09/2012 - SUCESOS
Un crimen con ribetes pasionales comenzará a ser juzgado en la Cámara 11ª del Crimen.
Un crimen con ribetes pasionales comenzará a ser juzgado en la Cámara 11ª del Crimen.
Un verdadero desafío se presenta en la Cámara 11ª del Crimen para los jueces, el fiscal y los abogados que serán parte de un debate en los que los principales protagonistas son personas sordomudas.
Este tipo de casos plantea, cada tanto, un debate jurídico abierto sobre si estas personas están en condiciones de defenderse de acuerdo a lo estipulado por el Código Penal.
En el juicio, que de no mediar inconvenientes comenzaría el próximo miércoles, se ventilará un sangriento episodio ocurrido en la ciudad de Alta Gracia en enero del año pasado.
Tanto el acusado como la víctima eran hipoacúsicos, como también lo es el principal testigo.
Dada la situación, hoy se prevé que las autoridades judiciales definan la incorporación de intérpretes de lenguaje de señas que permitan el desenvolvimiento normal del proceso judicial de tan intrincanda causa.
El tribunal, que será presidido por el doctor Nereo Maggi e integrado por los camaristas Daniel Ferrer Vieyra y Graciela Bordoy, juzgará a Adrián Eduardo Barrientos (20) como supuesto autor del delito de “homicidio simple”, que prevé una escala penal de 8 a 25 años de prisión.
“Amor ciego”
Según la instrucción, Alejandra Sánchez (por entonces de 18 años) había llegado de su Santa Fe natal en busca de nuevos aires.
Atrás había dejado su relación con Barrientos, y se instaló en la ciudad de Alta Gracia donde conoció a Mario Visconti (35).
El avance de la relación habría motivado que se produjera el enlace, lo que fue noticia por ser el primer casamiento entre personas sordomudas en la localidad.
El avance de la relación sentimental se iba a ver conmocionada cuando en la localidad del Tajamar apareció Barrientos, e intentó restituir lo que alguna vez lo había unido con la joven Sánchez.
Algunos comentaban que la chica tenía una relación paralela, otros que nada tenían que ver.
Lo concreto es que el 6 de enero de 2011, cerca de las 8 de la mañana, Barrientos ingresó a la vivienda ubicada en la esquina de Lirón y Barceló en barrio Córdoba y sorprendió a la pareja.
Munido con una navaja con una hoja de 20 centímetros, el acusado atacó a Visconti, quien trató de defenderse a la vez que recibió al menos 15 puñaladas en distintas partes del cuerpo.
También fue herido mortalmente un perro que trató de defender a su dueño ante el ataque.
Una vecina que escuchó extraños sonidos en la casa, alertó a la Policía creyendo que habían ingresado ladrones. Cuando los uniformados llegaron, el escenario era aterrador.
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