Por YUNIEL LABACENA ROMERO,
Las estadísticas indican que cada año aumentan las personas que están expuestas a sufrir pérdida de audición por la contaminación acústica.
Más de dos millones de personas en Cuba están expuestas a sufrir pérdida de la audición y otros trastornos de salud, pues se encuentran sometidos a niveles de ruido superiores a los 65 decibeles, límite máximo al que se puede exponer el ser humano sin que ello le ocasione malestares, según los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Estadísticas del Ministerio de Ciencia y Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), aseguran que esta cifra muestra un crecimiento en un 70 por ciento con respecto al año precedente.
De acuerdo con los especialistas, se define al ruido como un sonido inarticulado y confuso más o menos fuerte, de cierta intensidad, compuesto de múltiples frecuencias sin relación armónica, o cualquier sonido que resulte no deseado.
Además, es la forma de contaminación ambiental más frecuente, barata y fácil de generar, no deja rastros aparentes, pues su carga maléfica es acumulativa y es un fantasma que ha invadido la mayoría de los grandes asentamientos humanos.
Según Jorge Álvarez Álvarez, director del Centro de Control e Inspección Ambiental del CITMA, en las últimas décadas los niveles de ruido ambiental crecieron aceleradamente, y se considera el tránsito automovilístico como una de las fuentes más extendidas de contaminación en los asentamientos urbanos.
Además, es el cuarto contaminante para la salud del hombre y el medio ambiente, después del aire, del agua y de los residuos sólidos, tanto en el medio industrial como en el urbano, agregó.
Normas mundiales fijan los niveles sonoros admisibles, de acuerdo con los lugares y los horarios, para garantizar una vida en armonía. El oído humano está apto para soportar unos 85 decibeles en estado de riesgo, 90 de peligro y 120 de dolor. Por encima de estas cifras el ruido es perjudicial para el organismo y el tímpano puede estallar.
Es el caso de los efectos causados por los aviones al despegar, la sierra de carpintería, los barrenadores y taladros eléctricos o la música en las discotecas, dijo Álvarez Álvarez.
El tráfico indiscriminado, las ruidosas empresas, industrias y talleres mecánicos y los adelantos tecnológicos, junto al vocerío de la vecindad, las aglomeraciones de personas, equipos de música y televisión, el hablar en voz alta o tertulias de madrugada en lugares públicos o viviendas, centros culturales y recreativos han dado lugar a un incremento de los niveles de ruido, explicó Natasha Figueroa Valdés, especialista de la delegación del CITMA en Ciudad de La Habana.
De las 302 quejas que recibió el CITMA en 2009, 112 estaban relacionadas con el ruido, con alta incidencia en las provincias de Ciudad de La Habana y Holguín. El 55 por ciento de estas hacían alusión a ruidos muy profundos de música.
Aunque muchos piensan que el ruido solo afecta al sistema auditivo, los especialistas clínicos consideran que cuando se detecta la sordera en un paciente, ya este ha convivido con una permanente alteración nerviosa, desórdenes digestivos, insomnio, agresividad, fallos de la visión, hipertensión arterial y bajo rendimiento productivo.
El doctor Alexis Benítez García, especialista en Otorrinolaringología del Hospital Infantil Ángel Arturo Aballí de La Habana, afirma que los grupos sociales de mayor riesgo y más afectados por la contaminación acústica son los jóvenes y obreros industriales, en unos por el uso excesivo de memorias flash, teléfonos celulares y reproductores de CD y por su reiterada asistencia a discotecas y sitios de diversión donde la música suele escucharse excesivamente alta. En los otros, por no utilizar los medios de protección establecidos.
Además de estos grupos, Serena Iraida Hernández, especialista del Instituto de Medicina del Trabajo, señala también como susceptibles a los niños, los ancianos, a los enfermos, a los fetos y las personas con dificultades auditivas o de visión.
«La exposición constante a este factor puede dañar seriamente al órgano de la audición, al punto de causar hipoacusia o sordera. Incluso, contrario a lo que muchos especulan, la proliferación del uso de auriculares sí ocasionan deterioro del sentido auditivo, con un incremento del número de casos en la actualidad», añadió Benítez García.
Asimismo, la residente de la especialidad Rosa Iris López Castro en el Hospital Docente Clínico Quirúrgico Joaquín Albaran Domínguez, hace referencia a modificaciones del ritmo cardíaco, dificultades en la irrigación cerebral y otros menos peligrosos como la fatiga, el estrés, la pérdida de atención y de concentración, trastornos del sueño y del sistema inmune, tendencia al insomnio y cambios conductuales, como otros de los efectos nocivos de los enormes ruidos.
Carmen Zambrana Álvarez es vecina de la calle 23 hace más de 30 años. Desde entonces la exposición al ruido que se vive por esta céntrica avenida a diario no tiene límites, rememora. «Hace dos años acudí el médico por un zumbido que tenía con frecuencia en el oído; después de realizarme las pruebas pertinentes me detectaron disminución de la capacidad auditiva, según el doctor ocasionada por el denso tráfico automotor de la avenida capitalina».
En el libro Los recursos naturales y su conservación, Jorge Ramón Cueva y Fernando García Gutiérrez, especialistas del CITMA, indican que el nivel de ruido depende del estado técnico y la velocidad que los vehículos desarrollen. Es muy ilustrativo el hecho de que un camión es capaz de emitir un sonido tan ruidoso como el de 32 automóviles ligeros circulando a la vez.
Las actividades derivadas del ocio son otras de las causas de ruidos ambientales. Según estadísticas internacionales, una discoteca puede generar 110 decibelios cuando el oído humano solo admite 65.
Jorge Álvarez manifestó que en Cuba, se encuentran vigentes legislaciones de carácter laboral, ambiental y un cuerpo de nueve normas de aplicación obligatoria en materia de ruido. La Ley 81 del Medio Ambiente, aprobada el 11 de julio de 1997, en su capítulo III, se pronuncia acerca de ruidos, vibraciones y otros factores físicos, que pueden afectar al medio ambiente y la salud humana.
«El CITMA, de conjunto con los ministerios de Salud Pública, de Trabajo y Seguridad Social y del Interior aplica multas, amonestaciones, decomiso de los medios empleados para cometer la violación, suspensión temporal o definitiva de licencias y autorizaciones para celebrar fiestas luego de la una de la madrugada y en muchas ocasiones la clausura de locales», comentó el especialista.
Por su parte, Natasha Figueroa destacó también que en el caso de los edificios multifamiliares, la Resolución número 4 de 1991, del Instituto Nacional de la Vivienda, establece que no se pueden promover ruidos o molestias ni ejecutar actos que alteren la tranquilidad de los demás vecinos.
Estas medidas pueden ayudar a disminuir el nivel de afectación sonora, pero falta rigor en la aplicación efectiva de las mismas, el trabajo de los inspectores se ha transformado de fiscalización en labores de gestión, comentó Álvarez Álvarez.
José Miguel Peña y las familias vecinas del complejo gastronómico recreativo La Cecilia, del municipio capitalino de Playa, declaran que hace más de diez años, los residentes de esa zona plantean en las asambleas de rendición de cuentas del delegado el asunto de los molestos y excesivos niveles de música, y ninguna respuesta positiva por parte de las distintas administraciones que han pasado por el centro.
Afirman que la música alta sigue a cualquier hora, y sobre todo más alta después de las 12 de la noche, al punto de que con las puertas y ventanas cerradas los cristales vibran. Aun no hay respuesta de nada, Ojala cuando llegue no sea demasiado tarde.
La recuperación de los espacios verdes, el reordenamiento del tránsito, un control exigente en el cumplimiento de las leyes establecidas y campañas de divulgación en los medios de comunicación, son algunas de las medidas de prevención que recomienda el doctor Alexis Benítez García.
FICHA TÉCNICA:
Tema: Aumento de los niveles de ruido en Cuba.
Propósito: Conocer las causas del aumento de los niveles de ruido en el país y demostrar la repercusión que tiene para la salud del ser humano este fenómeno.
Objetivos colaterales: Ofrecer al lector datos actuales y relevantes acerca de la situación del aumento de los niveles de ruido. Conocer acerca de las medidas que pueden prevenir la contaminación acústica. Analizar las causas que han generado el creciente aumento de los niveles de ruido. Indagar en los síntomas y daños que causan al organismo este fenómeno.
Estrategia de fuentes:
Fuentes especializadas:
Jorge Álvarez Álvarez, director del Centro de Control e Inspección Ambiental del CITMA.
Natasha Figueroa Valdés, especialista de la delegación del CITMA en Ciudad de La Habana.
Alexis Benítez García, especialista en Otorrinolaringología en el Hospital Infantil Ángel Arturo Aballí, de la capital.
Rosa Iris López Castro, especialista en Otorrinolaringología en el Hospital Docente Clínico Quirúrgico Joaquín Albaran Domínguez.
Serena Iraida Hernández, especialista del Instituto de Medicina del Trabajo.
Documentales:
Datos estadísticos del Ministerio de Ciencia y Tecnología y Medio Ambiente sobre la cantidad de personas en Cuba que están expuestas a sufrir pérdida de audición y otros trastornos de salud por este fenómeno y cómo se comporta con relación a otros años.
Articulo de Diego de Jesús Alamino Ortega, Doctor en Ciencias Físicas del Departamento de Física y Electrónica del Instituto Superior Pedagógico «Juan Marinello», de Matanzas, publicada en la página: http://www.consultas.infomed.sld.cu
Jorge Ramón Cuevas (et…al) Los recursos naturales y su conservación. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1982. p.44.
Protagonistas:
Carmen Zambrana Álvarez y José Miguel Peña, dañados
Soportes a emplear:
Hecho: El aumento de los niveles de ruido en la actualidad contribuye a la pérdida de la audición y a otros trastornos de salud. Solo en el año 2008 se vieron afectadas más del 70 por ciento de personas por este motivo.
Contexto: Las altas concentraciones de población, las cuales generan un denso tráfico automotor y los progresos derivados del desarrollo técnico moderno han proporcionado un incremento de los niveles de ruido en los últimos años.
Antecedentes: Se enuncian las principales causas de este fenómeno, entre las que se destacan el denso tránsito automovilístico en los asentamientos urbanos. Además, se muestran estadísticas de años anteriores.
Tipos de juicios:
Analíticos: Está presente en el análisis que se hace acerca de la situación actual del aumento de los niveles de ruido. Datos estadísticos, opiniones de los especialistas basadas en estudios de determinadas tendencias y cifras, para demostrar que en los últimos años ha existido una extensión acelerada del ruido.
Sintéticos: Aparecen los criterios de los doctores Alexis Benítez García y Rosa Iris López Castro, especialistas en Otorrinolaringología. Ambos ofrecen su visión del problema, así como medidas de prevención para la solución del mismo.
Disyuntivos: Encontrados debido al contraste de las opiniones de las fuentes. Los criterios de Natasha Figueroa Valdés y Jorge Álvarez Álvarez, especialistas del CITMA. Cada uno explica su punto de vista sobre las causa del aumento de los niveles de ruido.
De valor: Se presentan opiniones de especialistas en materia de ruido, las cuales ofrecen una información confiable. Además de aquellas personas que son validadas en este contexto debido a sus experiencias y valoraciones personales como afectados.
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